Saltar al contenido

Traje de Buceo Antiguo con Escafandra | El Inicio de Todo

Todos tenemos grabado en la memoria de la retina aquellas grandilocuentes imágenes del film Hombres de honor, protagonizado por Robert De Niro y Cuba Gooding Jr. En el metraje se puede observar con gran nivel, detalle como eran aquel pesado y peligroso traje de buceo antiguo con escafandra. Pero el recorrido hasta llegar a esos trajes, hoy anacrónicos, fue tortuoso a la par que, visto con retrospectiva, muy curioso.

 

Traje de buceo antiguo con escafandra

 

Invención, qué uso e interés para usarlo

No fue hasta 1818 cuando el inglés Augustus Siebe inventaría la primera escafandra con visos de ser funcional. En 1862 el francés Cabriol patentó esta escafandra y el traje de buzo, y en más de 100 años esa patente quedó prácticamente inalterada, salvo por pequeños retoques que se fueron sucediendo, pero sin cambiar la génesis de su concepción.

El Traje de buceo con escafandra constaba principalmente de un traje de una única pieza impermeabilizada, una escafandra blindada acoplada a rosca al traje, por la cual se bombeaba aire comprimido con oxígeno desde el exterior, y unas botas lastradas con plomo.

Materiales, grosor, acabado y detalles que tiene el traje

El Traje de buceo antiguo estaba hecho en un principio de lona, y posteriormente de goma vulcanizada. La escafandra estaba construida con latón o cobre, y podía llegar a pesar hasta 32 kilos.

Cuando las inmersiones eran prolongadas, debajo del traje de goma, se ponían una prenda interior de lona recubierta con caucho para mantener el cuerpo del intrépido buzo lo más seco posible.

También llevaban acoplados dos sistemas de lastre, uno incluido en el casco y otro en el cinturón, que pesaba alrededor de 38 kilos. No menos importante eran los lastres acoplados a los zapatos, que servían para poder estabilizarlos y bajar el centro de gravedad.

 

Traje de buceo antiguo con escafandra

 

Diferencias respecto a los trajes actuales.

Resulta obvio suponer que aquellos trajes no revestían la comodidad de los actuales, y estarías en lo cierto. Debido al peso total de los elementos (hasta 86 kilos), a la necesidad incuestionable de tener un hilo de vida con el exterior a través de la cuerda y el respirador, las inmersiones ponían en riesgo continuo al buzo que requería de un adiestramiento físico y técnico de lo más exigente.

A estos trajes se les podía suministrar aire o cualquier otro gas respirable mediante bombas manuales de superficie. En los años 20 se desarrolló un sistema autónomo, con rebreather incorporado para la eliminación del CO₂, todo independiente del exterior.

Este nuevo sistema permitió realizar inmersiones a más de 40 metros, algo que sin duda permitió un avance importante tanto con respecto a estudio biológico marino como de desarrollo industrial.

Mención especial a uno de esos hombres que dejó una huella imperecedera en la historia del buceo, el grandísimo Jacques-Yves Cousteau, que desarrolló la válvula reguladora, que posteriormente posibilitó los descensos con tanques de oxígeno, dejando atrás el traje de buceo antiguo con escafandra.

 

Trajes de Buceo actuales

 

Cómo se ponía o usaba el traje de buceo antiguo.

Las inmersiones constituían toda una odisea donde el buzo dependía en buena medida de la pericia de la gente que estaba en el buque, a la par que estaba a merced de la divina providencia.

Una vez te habías enfundado el traje y colocado la escafandra con ayuda de otra persona, te diriges con movimientos lentos y torpes a la escalera de inmersión. Se empieza a bombear aire a través del casco, mediante una manguera unida a una línea resistente. El aire entra y sale gracias a una válvula de sobrepresión.

Empieza la inmersión, que debe ser paulatina, presionando la válvula de sobrepresión para vaciar aire y poder descender de forma paulatina, sin perder nunca el contacto con la cuerda.

Si la cuerda o la bomba se rompe, estamos muertos.

Conclusión.

Ya sea para descubrir la fauna y la flora del lecho marino, para hacer procesos de reparación o manteamiento en plataformas o buques, para llevar a cabo rescates o descubrir cuevas submarinas, bucear es sin lugar a dudas una experiencia excitante a la par que divertida, y todo comenzó con ese mítico traje de buceo antiguo con la famosa escafandra.

La infinita curiosidad del hombre por descubrir un ecosistema que le resulta tan ajeno como hostil, nos ha llevado a los niveles actuales de tecnificación, donde el buceo puede ser incluso una actividad recreativa al alcance de cualquiera, y que con la preparación y supervisión adecuada, no reviste demasiado peligro.

 

La curiosidad por el mundo submarino

 

¡Haz clic para puntuar esta entrada!
(Votos: 1 Promedio: 5)
Configuración